“El género está en todo; todo tiene su principio masculino y su principio femenino; el género se manifiesta en todos los planos.”
— El Kybalion
¿Qué dice esta ley?
La Ley del Género afirma que todo en el universo contiene dos principios: el masculino y el femenino.
Estas energías no se refieren al sexo biológico, sino a fuerzas arquetípicas complementarias que existen en toda forma de vida y creación.
El principio masculino representa:
☀️ Acción, lógica, impulso, intención, dirección.
El principio femenino representa:
🌙 Intuición, contención, creación, receptividad, sensibilidad.
La manifestación de la vida se da cuando ambas energías están en equilibrio y se integran.
📜 Origen en el Kybalion
El Kybalion describe el género como una ley que se manifiesta en todos los planos: físico, mental y espiritual.
Para los sabios herméticos, crear no era posible sin la combinación consciente de ambos principios.
La mente, el corazón, la energía… todo tiene una parte activa y otra receptiva.
¿Cómo opera esta ley en tu vida?
Piensa en una decisión importante:
¿Estás actuando solo desde el impulso, sin conexión interior?
¿O estás esperando demasiado, sin poner tu intención en acción?
El desequilibrio entre tus energías masculina y femenina puede llevarte a:
Accionar sin consciencia
Postergar sin dirección
Crear desde el miedo en lugar de la armonía
Cuando integras ambas partes en ti, puedes gestar nuevas realidades desde el centro, con claridad, fuerza y sensibilidad.
Ejemplo y práctica simple
💡 Ejemplo: Una persona que tiene muchas ideas (energía femenina creativa), pero nunca las ejecuta (falta energía masculina activa), puede sentirse frustrada y estancada.
🧘♀️ Práctica diaria:
Antes de iniciar una acción, siéntate un momento.
Escucha lo que sientes (energía femenina).
Luego decide qué harás con eso (energía masculina).
Esta fusión te lleva a moverte en coherencia.
Reflexión final
No se trata de elegir entre lo suave o lo firme, lo racional o lo emocional…
sino de recordarte que todo eso vive en ti.
Tu sanación, tu creación y tu evolución florecen cuando te permites integrar lo que pareces haber separado.
Reconócete como totalidad.
Activa tu intención y honra tu receptividad.
Ahí habita tu verdadero poder creador.